Hermano,
y cuando digo hermano digo carne de mi carne, y que la misma sangre corre por mis venas, igual saliva, sueños, y algún que otro olvido del destino.
Digo, Hermano: Soltar es el mayor acto de amor
después de todo. Retener es apropiarse y en un punto surge el egoìsmo. Si
la vida va más allá de esta película de circunstancias, anécdotas y
algún que otro milagro, soltar cura las dudas que envuelven el camino.
Es considerar la libertad de lo que se suelta, su identidad, su crecimiento, la piedra única y su amuleto. Soltar es liberar y liberarse sabiendo que se ama
más que nunca. perdonando la individualidad que es parte de este juego
respirado.
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