domingo, 14 de julio de 2013

YO Y EL TESTIGO



Parado yo,
mirando el vacío que dejaron nuestros cuerpos en el banco
te extraño.
La madera huele a rito desgarrado,
cita no cumplida,
espera interminable,
no quiere sostenerme solo, nos quiere abrazados.
Testigo de esta trama que nos parte ahora,
trama que olvidaste como  olvidaste la hora y el lugar exacto,
las coordenadas hacia mis ojos y besos que te llaman,
las oleadas de mi nombre
y mi amor que no se cansa de imaginarte sin máscaras.

Cuál es el motivo que hace que no llegues?

Acá te espero hasta que vengas.
Un día, dos, un mes, un año,
hasta que el tiempo se diluya
entre las hojas caídas de los àrboles que no consuelan.
Hasta que mi sangre sea la savia de esos árboles.
O tal vez,
hasta que intuyas que aún te espero,
hasta que decidas llegar ligera,
hasta que camines hacia mí y me vuelvas a mirar.

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