martes, 8 de enero de 2013

Llueve



Llueve.
Llueve.
Inevitablemente llueve.
La nubes decantan lo que guardaron por tantos dìas,
lo mismo que tu alma que decanta
 las lágrimas que guardó por tantos años.

Llueve.
Llueve.
Inevitablemente llueve.
Es la hora de las gotas y las lágrimas
en el cielo y en tus ojos.

Llueve.
Llueve.
Inevitablemente llueve.

A veces,
sólo a veces,
(pero que terrible aunque sea a veces)
el sol y  el amor no bastan.

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