Llueve.
Llueve.
Inevitablemente llueve.
La nubes decantan lo que guardaron por tantos dìas,
lo mismo que tu alma que decanta
las lágrimas que guardó por tantos años.
Llueve.
Llueve.
Inevitablemente llueve.
Es la hora de las gotas y las lágrimas
e
n el cielo y en tus ojos.
Llueve.
Llueve.
Inevitablemente llueve.
A veces,
sólo a veces,
(pero que terrible aunque sea a veces)
el sol y el amor no bastan.
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