En los momentos anteriores a la lluvia, cuando las nubes se emploman, el
cielo se vuelve rojo y el viento se enfurece envistiendo las copas de
los árboles que se amoldan a su danza febril, yo pienso que:
Si hubiera podido decifrar los misterios escondidos entre tu aliento y tu piel., las razones primarias que enterraban palabras sin esconder los latidos de tus noches, habría podido comprender el segundo mágico de mirarte, y tal vez, hoy no estaría desnuda flotando entre esta eternidad y este presente.
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