domingo, 19 de agosto de 2012

Náusea

La náusea sube por el estómago hacia la garganta.
allí se encastra inexorable,
ocupando el espacio que queda
al lado del grito ahogado,
que habita desde hace tiempo ahí.
Los dos se acompañan ahora,
la náusea y el grito se hacen amigos,
comentan mis dudas,
mis pronósticos,
opinan,
me juzgan,
pero no me dejan
porque  mi alma los ha creado.
Se sienten cómodos
en ese ambiente familiar
Que huele a vainilla y miedo.
Saben que la razón de su permanencia
es justamente  poder expresar
el espanto que me surge
por la intuición de tu ausencia.
Solo intuición,
no ausencia concreta,
solo intuición.
Pero que espanto genera!!!
Como se encalla la náusea y el grito en mi garganta!!
Cómo no me liberan?
Cómo no te libero?
Cómo no te libero y me libero,
así
se produce finalmente tu ausencia
y  la náusea, el grito y el espanto también me dejan?
Cómo no los libero a todos?
al espanto, la náusea, el grito, y también a vos?
y por qué no a mí?
Cómo no?
Así esta agonía del presagio termina.
Cómo no?
Cómo no?
Así, definitivamente sola,
con la parte tuya en mí,
comienzo a recordarte!

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