Esperando
los frutos de lo que sembré.
Hecha ilusión.
Hecha entrega pura.
No importa el esfuerzo,
ni el desvelo de estas noches.
Acá estoy
presintiendo la dicha.
Lo otro es lo de menos.
Nada me detiene.
Espero la siembra.
Mi siembra.
La espero.
Y cuando llegue el día
de tener la cosecha en mis manos,
Cada risa será un trueque
por cada lágrima.
Cuanta risa habrá entonces!!!!
Una risa eterna y cristalina.
Otros me acompañan.
No estoy sentada.
Sigo viva
después de todo.
Sigo viva
porque empiezo a intuir que sobrevuelan,
de lejos,
que se acerca,
como un enjambre lento y decidido
Tu risa.
Mi risa.
La risa de los otros.
La risa del TODO.
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